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Hace algunos años esta respuesta hubiese sido un ‘sí’ rotundo para cualquier candidato, sin embargo, con el paso del tiempo y la llegada de nuevas generaciones a las organizaciones, los empleados y aspirantes comenzaron a valorar y a medir el atractivo de una vacante por otros beneficios adicionales al salario, que pueden aumentar el plus en caso de que, la remuneración económica no sea la más llamativa o bien la más alta. ¿Cuáles son estos otros beneficios?

Es normal que la mayoría de las personas estemos atentos a nuestra salud física, sin embargo, muchos de nosotros no somos conscientes de la importancia de nuestra salud mental, puesto que una sin la otra sería como andar con un carro solo con dos llantas en perfecto estado.

Actualmente en nuestras organizaciones conviven cuatro generaciones (Baby boomers, generación X, millenials y centennials) que, por su naturaleza y contextos históricos, tienen diferentes expectativas frente al mundo laboral.

No importa en qué empresa o cargo nos encontremos, algo siempre tendremos en común: tendremos tanto buenos como malos días, a lo mejor un compañero con el que no nos llevemos bien e inclusive retos para los que consideramos no estamos preparados.

Ser despedido supone que has pasado por un momento difícil en tu vida laboral o que una empresa prescindió de tu trabajo. Por ello, algunas personas prefieren no mencionar que fueron despedidas, lo cual podría deberse a la diferencia entre decidir que nuestro tiempo en una organización ha terminado o que la organización tome la decisión de terminar nuestro tiempo en la misma.